Por: Miguel ChajÃn Flórez
Pocos son conscientes que administran la mejor empresa que es posible tener: nuestro propio ser. Saber que no somos un objeto, que se tiene, sino un sujeto que piensa, cree, decide, administra y sirve, es esencial para vivir, pues si no, seremos un objeto de los demás y otros decidirán por nosotros; la realidad es que servimos y nos sirven. Es imposible la vida social sin que podamos servirle a otros y que los otros también nos sirvan en cualquier tipo de campo y actividad humana.
Sea que se reduzca el mundo del trabajo al espacio donde se generan muchas diferencias y desigualdades sociales, es mucho más preciso decir que el trabajo es el espacio donde sirve, pues sin servicio no existe la sociedad, porque el ser humano necesita de otros para vivir, y nadie se basta a sà mismo. No es el tema central de esta reflexión, pero enfocarse en el trabajo como servicio frente al trabajo como la fuente de obtención de ganancias lleva a paradigmas económicos que entran en conflictos.
Si se estudia la sociedad como un todo, cuando desde la sociologÃa y la economÃa se habla de las divisiones sociales del trabajo, lo que de alguna forma se reconoce es que la sociedad sólo puede existir gracias a la diversidad de talentos de sus miembros y eso no es posible sin el servicio de cada uno; otra cosa es la actividad o tipo de ocupación que tengan, y darle el nombre de sectores económicos a esa clasificación. No es posible que ningún ser humano pueda satisfacer solo sus necesidades, y para eso requiere las capacidades de quienes interactúan con este, unos cercanos y otros distantes.
Nuestra empresa tiene como visión realizarnos como seres humanos; asà que hay que definir el principal motivo y sentido de nuestro servicio. Obviamente, hay tantos tipos de empresas, como medios para vivir, y como es lógico toda empresa satisface las necesidades de quien la posee, como quienes de alguna manera se sirven de esta; asà que servir, es el principal propósito de una empresa, aunque la mayorÃa de las personas están más enfocadas en utilizar todos los recursos para sà mismo, o lo que pueden tener, que enfocarse en desarrollar el ser, al tiempo que contribuye con la sociedad.
Cuando se habla de marketing personal, para utilizar un concepto que cada vez es más fuerte en el mundo del emprendimiento, como lo expresa Manuel Schneer, psicólogo y sociólogo, no hace otra cosa que reconocer que cada individuo es una empresa que produce y consume.
No se trata de darle prioridad a las cosas sino a las personas, comenzando por nosotros mismos. Lo que hacemos con nuestros talentos, con el tiempo, con los recursos que recibimos, con la satisfacción de nuestras necesidades y de otros, es un asunto de toda la vida, sea que para lograr tales objetivos, lo hagamos por nuestra propia cuenta, como una empresa unipersonal, lo hagamos con otros, contratemos o seamos contratados; por tanto, desde siempre estamos en una empresa; nacimos en una, la familia, que es una unidad de consumo y de producción; además que por reproducir natural y socialmente a la sociedad es la principal empresa de todas, y por eso es la institución más importante.
Cuando Robert Kiyosaki habla de autoempleo, no hace otra cosa que reconocer que el individuo es también una empresa; asà reciba diversidad de nombres como el de trabajador independiente, o empresa unipersonal, diferentes a las muchas formas de empresas según la forma organizacional como se constituye.
Preguntas para reflexionar
- ¿Puedes pensar tu proyecto de vida como una empresa?
- ¿Puedes identificar los productos que ofreces a la sociedad?
- ¿Qué beneficios aportas a la sociedad?
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